Marruecos: Guía de Viaje

Descripción General

Marruecos parece un país hecho para ser visitado: una tierra de fantasía llena de paisajes idílicos y fabulosas ciudades imperiales, donde África y el mundo árabe se mezclan entre sí, y distintas culturas y religiones conviven en armonía. Desde las montañas del Alto Atlas a las hermosas costas bañadas por el Mediterráneo, Marruecos se adapta a todos los gustos. Visita la Medina de Fez y déjate impresionar por la belleza de sus palacios y mezquitas, compra en los zocos de Marrakech y acampa en las dunas del Desierto del Sáhara. El tiempo se detiene en este paraíso del norte de África.

Datos Básicos

  • Capital: Rabat
  • Población: 37 millones
  • Idiomas: árabe, bereber, francés
  • Moneda: Dirham marroquí (MAD)
  • Huso horario: UTC +1
  • Electricidad: 220 V / 50 Hz. Enchufes: Tipos C y E
  • Prefijo telefónico: +212

Mejor Época para Viajar a Marruecos

La primavera (de marzo a mayo) y el inicio del otoño (septiembre y octubre) son consideradas las mejores épocas para visitar Marruecos, cuando el clima es más agradable en todo el país; ni muy caluroso ni muy frío, y hay menos turistas que durante el verano o las vacaciones de Navidad y Año Nuevo.

El calor es intenso durante el verano, especialmente en el Desierto del Sáhara. Los destinos costeros son una buena elección para esta estación -aunque son destinos adecuados durante todo el año- y, en ciudades como Casablanca o Essaouira, el tiempo es cálido y agradable; pero en la parte sur del país hará demasiado calor para hacer turismo durante el día.

Los inviernos son generalmente templados, pero las temperaturas descienden enormemente por las noches, e incluso puede nevar en la cordillera del Atlas. Durante esta estación, el norte está húmedo y el sur seco y frío. Durante el mes del festival islámico del Ramadán, los musulmanes ayunan desde el amanecer hasta la puesta del sol. Puede afectar al transporte y al horario de apertura de algunos negocios/restaurantes, pero no debería ser un inconveniente considerable al viajar a Marruecos.


Ciudades que Visitar

Hermosas ciudades imperiales y pueblos antiguos, centros turísticos costeros con playas paradisiacas, espectaculares paisajes de cordilleras montañosas, zocos laberínticos, desiertos extraordinarios... Marruecos tiene todo lo que buscas y todo lo que sueñas. Éstas son algunas de las ciudades que no debes dejar de visitar.

Marrakech
Esta mágica Ciudad Roja abarca la antigua medina amurallada, llena de palacios, mansiones, jardines y mezquitas. Admirarás extraordinarios ejemplos de arquitectura islámica, como la Medersa Ben Youssef y la impresionante Mezquita Kutubía, y experimentarás el estilo de vida local en Yamaa el Fna, una de las plazas más grandes y concurridas del mundo.

Rabat
No siendo uno de los principales centros turísticos, la capital del país ha conseguido conservar su identidad cultural. Además de su famosa medina, la Kasbah de los Udayas es un espectacular sitio histórico, y la Torre Hassan y el Mausoleo de Mohammed V -del siglo XX- se encuentran entre las atracciones más visitadas.

Casablanca
La ciudad más grande del Magreb y el centro comercial y económico del país, Casablanca es la principal entrada a Marruecos, a través del Aeropuerto Int. Mohammed V. La mezquita de Hassan II (la segunda más grande del mundo), con su minarete de 200 metros, destaca sobre esta bulliciosa ciudad, cuya Corniche -paseo marítimo- alberga numerosos clubs, restaurantes y hoteles.

Fez
La ciudad imperial de Fez, que alberga la universidad más antigua del mundo, te hará viajar a la época medieval. La extraordinaria medina de Fez el Bali (el barrio más antiguo de la ciudad) está llena de monumentos históricos y mezquitas, hermosas plazas y callejuelas, y numerosas curtidurías.

Chefchauen
Ubicada en la ladera de las montañas del Rif, Chefchauen fue construida originalmente como una fortaleza en el siglo XV. Deléitate paseando por su medina, famosa por sus preciosas casas y edificios pintados de azul. Esta tranquila ciudad es una destacada atracción turística y uno de los principales puntos de partida para quienes quieren caminar por las montañas.

Tánger
África y Europa se encuentran en una de las ciudades más antiguas del Magreb. Situada en el Estrecho de Gibraltar a la entrada del Mar Mediterráneo, su exclusiva mezcla de culturas e influencias se ve reflejada en su medina, su kasbah y sus zocos, y durante décadas ha atraído a artistas y celebridades.

Meknes
Sede del Sultanato de Marruecos durante aproximadamente 300 años, Meknes es la más pequeña y tranquila de las cuatro ciudades imperiales del país. Famosa por su arquitectura morisca y sus murallas medievales, y por las cercanas ruinas romanas de Volubilis, que son el sitio arqueológico mejor conservado del país.

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Experiencias

Nunca te cansarás de disfrutar de Marruecos. Como Puerta de entrada a África, el país es una deliciosa mezcla de culturas distintas, con numerosos paisajes históricos y naturales. Marruecos es un país para exploradores: dunas, zocos, kasbahs, montañas, baños árabes... Un destino ecléctico adecuado para todos los gustos.

Montar en camello por el Desierto del Sáhara
La aldea de Merzouga es el lugar al que acudir si quieres sentirte como un auténtico aventurero. Surfear por las dunas de Erg Chebbi, montar en camello por el Desierto del Sáhara y acampar en una tienda bereber; experiencias que no podrás olvidar.

Visitar el Ksar de Ait Ben Haddou
Cerca de la ciudad de Ouarzazate, quizás reconozcas este impresionante ksar como el lugar donde se filmaron famosas películas como Lawrence de Arabia, La Joya del Nilo o Gladiator. Admira la belleza de sus torres y los edificios y calles interiores, llenos de turistas. Aunque no hay electricidad en el interior, ese puede pasar allí la noche.

Asistir a una clase de cocina
Si esto no estaba en tus planes al aterrizar en Marruecos, seguro que lo incluirás tras tu primera comida. Una amalgama de muchas influencias distintas, la cocina marroquí es famosa por sus fragantes especias. Deja que un cocinero local te enseñe a preparar comida tradicional marroquí, ¡e impresiona a tus amigos cuando vuelvas a casa!

Visitar una curtiduría en Fez
Famosa en todo el mundo por sus productos de piel, Fez presume de curtidurías que llevan siglos en funcionamiento, siendo la de Chouara -dentro de la medina- la más popular. Aguanta el fuerte olor t disfrutarás de espectaculares vistas de cientos de recipientes llenos de coloridos tintes y pieles secándose en los tejados.

Hacer senderismo en el Alto Atlas
La cordillera montañosa más alta del norte de África se extiende diagonalmente desde la costa occidental de Marruecos hasta Túnez. Sus imponentes valles, con paisajes que cambian según la estación del año, la convierten en el principal destino de Marruecos para los senderistas, muy popular también entre ciclistas de montaña y escaladores. Para facilitar las cosas, hay mulas disponibles para alquilar.

Explorar las ruinas romanas de Volubilis
En una llanura elevada a sólo 30 km al norte de Meknes -puede visitarse fácilmente en una excursión de un día-, se encuentra la ciudad en ruinas de Volubilis, que es el sitio arqueológico mejor conservado de Marruecos, con impresionantes mosaicos aún en el mismo lugar en el que fueron desenterrados.

Recorrer la plaza de Yamaa el Fna
Esta concurrida, plaza situada en el corazón de la medina, es el centro neurálgico de Marrakech. Dependiendo de la hora a la que llegues, encontrarás puestos de zumos y vendedores callejeros; o bailarines, malabaristas, encantadores de serpientes y cuentacuentos; o una zona abierta de comidas, con los restaurantes encendiendo sus parrillas.

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De compras

Una de las principales atracciones de Marruecos son sus zocos; mercados callejeros que se encuentran en casi todas las ciudades, normalmente en los barrios antiguos o medinas, aunque los más famosos están en Marrakech y en Fez. Tu viaje a Marruecos no sería completo sin al menos una visita a estos laberínticos paraísos de las compras llenos de colores, olores y sonidos, donde los vendedores anuncian apasionadamente sus tesoros. Prepárate para regatear y conseguir los mejores precios, y recuerda dejar mucho espacio en tus maletas.

Alfombras
Marruecos tiene las alfombras más bellas que puedas encontrar. Diseños complejos y distintivos, y estilos de tejidos y bordados de más de cuarenta grupos tribales bereberes distintos te darán multitud de opciones para elegir.

Chilabas
Dale un toque de color a tu armario con esta prenda tradicional marroquí. Una bata larga y suelta, para hombres y mujeres, en distintas formas y colores. Compra una en un zoco o deja que un sastre local la haga a medida para ti.

Marroquinería
La fabricación de productos de cuero es una tradición ancestral en Marruecos. Famoso en todo el mundo, el cuero marroquí toma multitud de formas, desde las populares babuchas (zapatillas) a los puffs, que podrás llevarte a casa fácilmente sin el relleno.

Aceite de argán
Extraídos de las semillas del árbol de argán, estos aceites no se encuentran en cualquier otro lugar del mundo. Cosechar y cultivar aceite de argán es una antigua tradición en Marrakech. Además de ser un gran condimento culinario, también se utiliza con fines cosméticos


Qué comer

El cuscús es, seguramente, su plato más popular, pero la comida de Marruecos es tan variada como deliciosa. Famosa por su amplio uso de especias aromáticas, las influencias de las cocinas árabe, bereber y mediterránea han tenido un papel importante en su desarrollo. Los ingredientes en Marruecos son, por lo general, muy frescos y se cultivan localmente en vez de importarse, y varían según la temporada.

Normalmente, las comidas comienzan con harira -una sopa tradicional-, bissara -sopa densa de habas o guisantes con aceite de oliva- o una ensalada, y continúa con un plato de kebabs. El cuscús es un alimento básico, que se suele servir con verduras y carne (cordero o pollo) cocinadas por encima. El tajín es otro de los platos más famosos del país, aunque la palabra se refiere al recipiente más que a la comida cocinada en él. Es un plato cónico de cerámica cubierto con una tapa. La carne se coloca en el centro, con las verduras apiladas a su alrededor, y se deja cocinar despacio. Los tajines más clásicos combinan pollo con aceitunas y limones, y cordero o ternera con ciruelas pasas y almendras. Pastela es un hojaldre, relleno de pollo o pichón, que combina sabores dulces y salados, y merguez, otro clásico local, son salchichas de cordero caseras picantes.

El té con menta puede considerarse como la bebida nacional: té verde aderezado con hojas de menta y endulzado con azúcar. El café también es una bebida muy popular en todo el país. El agua del grifo es apta para beber, aunque verás que la mayoría de los turistas beben agua embotellada. Como Marruecos es una nación islámica, no verás muchas bebidas alcohólicas fuera de los bares (normalmente, de hombres) o lugares turísticos.


Cómo llegar y desplazarse

Royal Air Maroc opera vuelos sin escalas de Casablanca a Nueva York y Montreal, aunque hacer escala en algún aeropuerto europea (principalmente en España o Francia) también es una forma habitual de llegar al país. Muchos vuelos (y ferris) conectan Marruecos con Europa y Oriente Medio.

Hay multitud de opciones de transporte adecuadas dentro de Marruecos, por lo que desplazarse es relativamente sencillo. El tren es la mejor elección para viajar entre las grandes ciudades y por la costa. Las dos líneas principales conectan Marrakech con Tánger (vía Casablanca y Rabat), y Marrakech con la ciudad nororiental de Oujda (pasando por Meknes y Fez). Ambas líneas se cruzan en Sidi Kacem. Desde 2018, una línea de alta velocidad une Tánger, Rabat y Casablanca, alcanzando una velocidad de 320 km/h. Los autobuses son más baratos y son, generalmente, seguros, pero mucho más lentos.

Hay dos tipos de taxis en Marruecos: petit taxis y grand taxis. Los petit (“pequeños”) taxis son sólo para desplazarse por la ciudad, mientras que a los grand (“grandes”) taxis se les permite salir de los límites de las ciudades. Los grand taxis se suelen compartir con otros viajeros, es decir, pagas sólo por tu asiento. Dado que los estándares, condición de las carreteras y seguridad no son iguales que en los países occidentales, la mejor opción es desplazarse con vehículo y conductor privados.


Vestimenta

Marruecos no tiene un código de vestimenta estricto, pero es un país musulmán, por lo que es adecuado ser prudentes a la hora de elegir qué llevar. Ten en cuenta las costumbres locales: cubre tus hombros si no quieres ser objeto de miradas indiscretas. Los tops sueltos son útiles no sólo por respeto sino también para combatir el calor; opta siempre tejidos transpirables al preparar tu equipaje. Los pantalones cortos pueden no ser apropiados en zonas rurales, más conservadoras que las grandes ciudades. No es necesario que las mujeres no musulmanas se cubran el pelo. Los marroquís suelen ser reservados, por lo que, de forma similar, evita mostrar joyería llamativa, bolsos lujosos o productos electrónicos de última generación. En la mayoría de los tours se pasa bastante tiempo caminando, así que no olvides traer calzado cómodo. Unas sandalias te ayudarán a mantener frescos tus pies. Las tardes pueden ser bastante frías en invierno; lleva al menos un jersey si vas a visitar el país entre noviembre y marzo.


Alojamiento

Los hoteles y resorts de las ciudades principales suelen llenarse durante los meses de verano, y en Semana Santa y Navidad/Año Nuevo, por lo que es buena idea reservar con antelación. La oferta hotelera es tan rica y diversa como el propio país. Hay hoteles de todo tipo y estilo, y los precios son generalmente más baratos que en la mayoría de países occidentales. Date un capricho en kasbahs en las montañas, complejos playeros en la costa atlántica o bellos riads en las medinas de las ciudades.

En Marruecos, los hoteles se distinguen entre los que son clasificados por el consejo turístico de Marruecos y los que no. En el sistema de clasificación del gobierno, se conceden estrellas a los hoteles por sus instalaciones (piscina, restaurante, etc.) más que por su servicio, por lo que no es aconsejable fiarse de estas estrellas. Los hoteles no clasificados son, por lo general, alojamientos baratos con instalaciones muy básicas. Alojarte en un Riad (también llamados maison d’hôte) será de lo más destacado de tu viaje a Marruecos. Estas viviendas clásicas de estilo adosado normalmente tienen dos o tres plantas alrededor de un patio interior con una fuente, con habitaciones decoradas con marcos de madera en puertas y ventanas, y decoración de tipo mosaico.

Una noche en el Desierto del Sáhara es otra experiencia imprescindible: cena exterior de una hoguera bajo las estrellas y pasa la noche en una carpa. Los campamentos en el desierto varían desde los más básicos hasta los lujosos.


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